El 8 de agosto de 1968 comienzan a trabajar las primeras excavadoras y bajo la supervisión de Juan Botas y del que sería primer presidente del futuro Parque de Atracciones de Madrid, Claudio Colomer, ambos considerados por aquella época los mayores expertos del país en temas de ocio, comienza la construcción del parque y la búsqueda y adquisición de sus primeras atracciones.
A partir de entonces el ocio en Madrid adquiere una nueva dimensión.
15 de mayo de 1969. Un día muy esperado por todos los madrileños.
Madrid inaugura su Parque de Atracciones, el Parque de todos los madrileños, hasta el momento único en España por su concepto y características.
El día 15 de mayo de 1969, festividad de San Isidro, patrón de Madrid, el ansiado Parque de Atracciones dejaba de ser un proyecto para convertirse en una realidad.
A las 12 de la mañana, la corporación municipal encabezada por el alcalde Carlos Arias Navarro, cortaba la cinta que simbolizaba la inauguración oficial del Parque. Ese día ninguno de los visitantes tuvo que pagar el precio de la entrada que durante los dos años siguientes se mantuvo en 5 pesetas (3 céntimos de euro), pasando después a 15 pesetas (9 céntimos de euro).
El día de su inauguración, el Parque contaba con 30 atracciones mecánicas: “7 Picos”, “Gusano Loco”, “Fórmula 8”, “El Jarama”, “Alfombras Mágicas”, “Viaje al Centro de la Tierra”, “Viaje Espacial”, “Canoas”, La Noria”, “La Zarzuela”, “Las Cadenas”, “Karts”, “La Ola”, “El Pulpo”, “Camas Elásticas”, “La Casa Magnética” y los “Minikarts”, entre otras, que fascinaron a todos los visitantes.
En la Zona Infantil se ubicaban atracciones como “Ford T”, “Baby Barcas”, “Baby Selva”, “Los Aviones”, “Telecombate”, y una novedad en Madrid, “Los Ponys”, que hacían las delicias de los más pequeños, pudiendo montarse sobre ellos o dar un paseo en carrozas tiradas por estos animales.
Como pasatiempos se instalaron “Pintoyo”, “Laberinto y Espejos” y el centro de juegos recreativos “Juegolandia”, además de tómbolas y casetas de tiro. Los espejos deformantes se hicieron de forma similar a los existentes en un conocido restaurante del madrileño callejón del Gato en los que todos los clientes se miraban al entrar. “Laberinto y Espejos” se han utilizado como plató para el rodaje de muchas escenas en películas de la época.
Y no nos olvidemos del emblema del Parque, el “Platillo Volante”, nombre dado por los visitantes, que desde sus 25 metros de altura dejaba caer una cortina de agua pulverizada y al proyectar las luces sobre ella se asemejaba a la estela de un platillo volante. Desde su cafetería, situada en lo más alto, se podían contemplar las mejores vistas de Madrid y alrededores.
Pero el Parque de Atracciones, desde sus inicios, siempre ha estado en constante renovación para ofrecer las mejores atracciones y espectáculos, por eso al año siguiente se inaugura el “Jet Star”, una moderna atracción, tipo montaña rusa, mucho más impresionante aún si cabe que “7 Picos”.
Mención especial merece el Teatro Auditorium, con una configuración y un diseño que durante mucho tiempo se han estudiado en las facultades de Arquitectura. Tras su construcción se convirtió en el único espacio en Madrid que podía albergar hasta 5.000 personas sentadas, por lo que los visitantes, de forma gratuita, han podido disfrutar de las actuaciones de los principales artistas del panorama nacional e internacional.
Un Parque en constante evolución
Una de las últimas tendencias son las atracciones-espectáculo, que suponen un paso más dentro del proceso de innovación de estos complejos de ocio. Mención especial se merece dentro de este capítulo el actual VIEJO CASERÓN, o Pasaje del Terror que lleva más de 20 años en el Parque de Atracciones de Madrid.
En 1990 se realizó una primera inversión en la zona noroeste del parque para albergar las atracciones "El Cóndor", "Aladino", "Flume-Ride", la primera montaña rusa de agua o la primera atracción en la que los visitantes se mojaban, "Las sillas voladoras" y posteriormente "Las minimotos" y "Katapult".
En 1998 se acometió su más importante remodelación, con una inversión cercana a los 8.000 millones de pesetas (48 millones de euros), que transformó el Parque de Atracciones en un parque armónico y tematizado, asumiendo el compromiso de ofrecer el centro de ocio más avanzado, seguro y completo, integrado en la vida cotidiana de la ciudad, para un público variado y cada vez más exigente. En ese mismo año, el Parque de atracciones de Madrid junto al Zoo Aquarium de Madrid, Aquopolís y Teleférico de Madrid fundaron la empresa Parques Reunidos.
Esta transformación consistió en la división del parque en 5 zonas (Zona del Maquinismo, Zona de la Tranquilidad, Zona de la Naturaleza, Zona Infantil y la Gran Avenida) y supuso potenciar su identidad, su imagen, partiendo de una zonificación que afectará a todos los elementos urbanos del Parque (pavimentos, mobiliario, señalización…), así como de sus instalaciones (atracciones, gastronomía, pasatiempos…). Hoy se sigue complementando con las atracciones más vanguardistas del mercado como Abismo, Tarántula y la novedad de 2012 TNT, el Tren de la Mina.
En estos momentos, más de treinta atracciones se complementan con espectáculos, pasatiempos, gastronomía para equilibrar una oferta de ocio global en las veinte hectáreas del Parque.
Son ya cuarenta años formando parte de la historia y las ilusiones de Madrid, ofreciendo lo mejor a sus más de 100 millones de visitantes y manteniendo vivas las expectativas de diversión del público que ha confiado en el Parque para disfrutar de su tiempo de ocio.